jueves, 26 de junio de 2014

CAPÍTULO 30

Y dicho esto, me guiñó un ojo y se despidió de mi con un alegre movimiento de mano.

Le devolví la despedida y sonreí cuando Carlos me abrazó por detrás y me dio un beso en la mejilla.

-Bueno, ¿nos vamos? - dijo el
-¿Por que quieres irte tan rápido? - pregunté. Me di la vuelta, quedando frente a él y rodeé su cuello con mis brazos
-Eem... es que tengo un... examen de Francés el lunes y... quiero estudiar
-¿Tu? ¿Estudiar? - alcé una ceja
-Si ¿Tan raro te parece? - se rascó la nuca
-Hombre, un poco raro si que es...
-Anda vamos 
-Vale - sonreí, le cogí de la mano y nos dirigimos a mi casa
- Por cierto... ¿Y ese chico?
-Ah ¿Te refieres a Lucas?
-Si ¿Que hacías con él? - dijo con cierto tono de... ¿Celos?
-No te preocupes por él. Ya te he dicho que solo te quiero a ti ¿No confías en mi? - le besé dulce y lentamente y, al terminar el beso le mordí el labio inferior. Sonrió.
-Bueno... no es que no confíe en ti, pero tengo miedo de perderte. Que te olvides de mi... - me dio un beso corto - ... y te vayas con otro
-Pues eso no va a pasar. Anda vamos - le volví a besar

.  .  .  .  .  .  .

Estaba en mi habitación cuando el sonido del timbre me sacó de mis pensamientos. Bajé todo lo rápido que pude antes de que mi madre se me adelantara, pero ya era muy tarde. Mi madre estaba mirando por la mirilla de la puerta

-Mamá - dije casi gritando - Deja que abra yo
-¿Por qué? ¿Quién es? ¿Es amigo tuyo? No le había visto nunca - dijo mi madre. ¿Por qué siempre tenía que hacer tantas preguntas?
-Si, mamá, es un amigo. Me va a ayudar a estudiar mates
-Si, si... Seguro - bromeó mi madre. Me gusta que se tome las cosas con humor, pero esto ya es demasiado
-Mamá, tengo novio. Estoy saliendo con Carlos ¿Recuerdas?
-Bueno, pues os dejo solos
-Gracias

Vuelven a llamar al timbre. Agarré el pomo rápidamente, abrí y ahí estaba Lucas. Llevaba una chaqueta de color marrón claro encima de una camiseta blanca, unos pantalones vaqueros y unas 'Converse' negras. Lleva el pelo igual de despeinado que esta mañana. Aunque tampoco mucho.

-Hola - saludé. No sabía muy bien que hacer así que le doy dos besos, uno en cada mejilla. Sonreí
-Hola ¿Así que esta es tu casa? - dijo él mientras movía la cabeza hacia todos los lados, ojeando un poco la casa. Sus ojos verdes irradiaban curiosidad
-Si, ven. Te llevaré a mi habitación

Subimos las escaleras hasta llegar a mi habitación. Noté los ojos de Lucas sobre mi, pero decidí ignorarlo.

Cuando llegamos a mi habitación, entré seguida de Lucas.

-Bonita habitación - comentó
-Gracias

Después de esto hay un silencio bastante incómodo que Lucas decide romper

-Bueno... ¿Empezamos la clase?
-Claro

(Narra Carlos)

De repente, oí que alguien llamaba al timbre. Estaba solo en casa así que tuve que bajar yo. 

Cuando abrí descubrí a Alba, Miriam y Paula, las amigas de Ana.

-Buenas - saludé y les di dos besos a cada una
-Hola - contestan las tres a la vez. Sonreí
-No os quedéis ahí, que no os voy a comer ni nada. Vamos a mi habitación

Los cuatro fuimos a mi habitación. Las tres iban susurrando cosas que no llegaba a entender.

Cuando llegamos, nos sentamos todos en el suelo.

-Bueno, ¿Ana sabe algo? - pregunté
-No, el otro día casi nos pilla, pero Alba se inventó una escusa y, por suerte se lo creyó - dijo Paula
-Puf, menos mal, porque tiene que ser una sorpresa - dije y añadí - Y Ana no tiene que enterarse de nada hasta que llegue el día de su cumpleaños
-Si, será mejor así. Por lo menos hay que intentarlo - dijo Alba
-Y ¿Que tenéis pensado? - pregunté
-Bueno, pues hemos pensado que... - comenzó Miriam

(Narra Ana)

Me senté en una silla enfrente de mi escritorio y Lucas se acomodó a mi lado. Saqué el libro de matemáticas de la mochila y lo puse sobre la mesa.

-Vamos allá - suspiré
-Vamos, no es tan malo como piensas
-Eso lo dices tú porque se te da bien
-Mira - dijo abriendo el libro y señalando una de las ecuaciones de los múltiples ejercicios - Es muy fácil. ¿Ves esta ecuación?
-Si...
-Pues, resuelvela - dijo con una media sonrisa
-¿Como? ¿Así de repente? Si no me has explicado nada
-Quiero ver como realizas la ecuación, y después veré lo que hago
-Está bien - cogí una hoja en sucio y escribí la ecuación. Me llevó mas de 10 minutos hacerla. Notaba como los ojos de Lucas observaban todos y cada uno de mis movimientos. Era extraño aunque para mi sorpresa, no me sentía incómoda. Cuando por fin terminé le entregué la hoja a Lucas, que echó una rápida mirada a la operación.
-Mira, esto está mal. - dijo cogiendo el lápiz - Esto tendría que ser así...

.  .  .  .  .  .  .  .

Después de dos horas de operaciones y números, muchos números, Lucas decidió irse. Mi madre le ofreció quedarse a cenar, pero Lucas negó y dio las gracias por todo. Decidí acompañarle hasta su casa.

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