Al cabo de un rato tres chicos bastante altos se acercaron a nosotros.
Eran bastante altos, aunque a Carlos solo le sacaban una cabeza. La verdad es que tenían cara de pocos amigos.
Los chicos se acercaron a nosotros y uno de ellos, el mas alto de todos le dio un puñetazo a Carlos, que acto seguido calló al suelo y empezó a sangrarle el labio.
-Como vuelvas a tocar a mi novia te arruinaré la vida - dijo el chico
-¿Que? ¿A que te refieres? - dijo Carlos, tocándose el labio
-¿Pero que hacéis? - dije yo mientras me agachaba con Carlos para mirarle la herida
-¿Esa es tu novia, no Wein? - dijo el chico mientras se acercaba a mi y me cogía de la barbilla - Pues como te atrevas a tocar a mi chica otra vez, no quieras saber lo que la haré
-¿Pero de que hablas? - dijo Carlos
Carlos se levantó de su sitio, todavía con la mano en el labio y se dispuso a pegar un puñetazo al muchacho.
-No, Carlos - dije yo cogiéndole de la mano
-Ya me has oído - dijo el chico y se alejó junto con los otros dos corriendo
Llevé a Carlos a casa para curarle la herida del labio. Entramos en mi casa y fui al baño a por el botiquín. Luego subí a mi habitación con Carlos, el se sentó en la cama y fui dándole leves toques en la herida del labio con algodón y un poco de alcohol.
-¿Conoces de algo a ese chico? - dije yo mientras intentaba curarle un poco la herida
-La verdad es que no, lo único que se es que va a nuestro instituto, porque le he visto alguna vez. Pero nunca he hablado con el - dijo el, algo extrañado
-Y entonces... ¿Que quería?
-Pues... la verdad es que no lo se... ¡ay!
-Perdón ¿Te he hecho daño?
-No, no es nada. Tranquila
-Uf... Menos mal
-La verdad es que no, lo único que se es que va a nuestro instituto, porque le he visto alguna vez. Pero nunca he hablado con el - dijo el, algo extrañado
-Y entonces... ¿Que quería?
-Pues... la verdad es que no lo se... ¡ay!
-Perdón ¿Te he hecho daño?
-No, no es nada. Tranquila
-Uf... Menos mal
Carlos se acercó para besarme, pero me aparté
-Carlos, si me besas te dolerá mas el labio
-¿Que? Nah, no creo - se levantó de la cama y me agarró de la cintura - Si eres tu la que me besa no me hará daño
Y dicho esto intentó volver a besarme, pero me aparté. Reí.
-¿Con que esas tenemos eh? - dijo el, con una pícara sonrisa
-Mmm... si - dije yo y volví a reír
Carlos corrió detrás de mi, yo le esquivé y corrí por mi habitación. El siguió persiguiéndome por la habitación.
-Ven aquí pequeñaja - dijo riendo
-No, no - dije mientras le esquivaba
Al cabo de un rato Carlos me alcanzó, me cogió de la cintura por detrás, me di la vuelta quedándome frente a el y me levantó del suelo. Yo subí mis piernas a su cintura, y el me cogió mas fuertemente de la cintura para que no me cayera. Me puso contra la pared y apoyó su frente contra la mía.
Después de esto me besó dulcemente, hundí mis manos en su pelo y el bajó mis manos a mis muslos. Carlos cada vez me besaba con mas ganas. Me dejó en el suelo y siguió besándome.
Me separé de el y respiré un poco, aquel beso me había dejado sin aliento.
-¿Te ha dolido? - dije sonriendo
-Un poco - dijo el y me volvió a besar - Pero la felicidad que siento al besarte hace que el dolor desaparezca
-Anda tonto
El seguía con la mano sobre mi cintura, me acercó mas a el.
-No me dejes nunca - me dijo al oído
-Nunca - dije yo y sonreí
Me besó lentamente y sonrió.
-Te besaría la misma cantidad de veces que he respirado - dijo el
-No creo que puedas - dije yo
-¿Ah no?
Carlos me cogió en brazos, me sentó sobre la mesa, se colocó entre mis piernas y empezó a darme besos por el cuello mientras acariciaba suavemente mi pierna.
-Te amo - dijo el suavemente en mi oído
. . . . .
(Narra Carlos)
Al día siguiente, cuando me desperté, tenía a Ana a mi lado, con sus brazos rodeando mi cintura. Sonreí. Estaba tan preciosa cuando dormía.
Miré el reloj. Eran las siete y media. Tenía que despertar a Ana, ya que era Lunes y tocaba volver a la rutina.
-Buenos días, pequeñaja - la susurré al oído. Ella todavía estaba rodeando mi cintura - Despierta o llegaremos tarde
Ella se despertó al momento, sonrió y me besó.
-Buenos días feo - dijo ella
Desayunamos, cogimos nuestras mochilas y fuimos al instituto. Acompañé a Ana hasta la puerta de su clase y me despedí de ella. Después me dirigí a mi clase. Ahinoa estaba en la puerta.
-¿Con que esas tenemos eh? - dijo el, con una pícara sonrisa
-Mmm... si - dije yo y volví a reír
Carlos corrió detrás de mi, yo le esquivé y corrí por mi habitación. El siguió persiguiéndome por la habitación.
-Ven aquí pequeñaja - dijo riendo
-No, no - dije mientras le esquivaba
Al cabo de un rato Carlos me alcanzó, me cogió de la cintura por detrás, me di la vuelta quedándome frente a el y me levantó del suelo. Yo subí mis piernas a su cintura, y el me cogió mas fuertemente de la cintura para que no me cayera. Me puso contra la pared y apoyó su frente contra la mía.
Después de esto me besó dulcemente, hundí mis manos en su pelo y el bajó mis manos a mis muslos. Carlos cada vez me besaba con mas ganas. Me dejó en el suelo y siguió besándome.
Me separé de el y respiré un poco, aquel beso me había dejado sin aliento.
-¿Te ha dolido? - dije sonriendo
-Un poco - dijo el y me volvió a besar - Pero la felicidad que siento al besarte hace que el dolor desaparezca
-Anda tonto
El seguía con la mano sobre mi cintura, me acercó mas a el.
-No me dejes nunca - me dijo al oído
-Nunca - dije yo y sonreí
Me besó lentamente y sonrió.
-Te besaría la misma cantidad de veces que he respirado - dijo el
-No creo que puedas - dije yo
-¿Ah no?
Carlos me cogió en brazos, me sentó sobre la mesa, se colocó entre mis piernas y empezó a darme besos por el cuello mientras acariciaba suavemente mi pierna.
-Te amo - dijo el suavemente en mi oído
. . . . .
(Narra Carlos)
Al día siguiente, cuando me desperté, tenía a Ana a mi lado, con sus brazos rodeando mi cintura. Sonreí. Estaba tan preciosa cuando dormía.
Miré el reloj. Eran las siete y media. Tenía que despertar a Ana, ya que era Lunes y tocaba volver a la rutina.
-Buenos días, pequeñaja - la susurré al oído. Ella todavía estaba rodeando mi cintura - Despierta o llegaremos tarde
Ella se despertó al momento, sonrió y me besó.
-Buenos días feo - dijo ella
Desayunamos, cogimos nuestras mochilas y fuimos al instituto. Acompañé a Ana hasta la puerta de su clase y me despedí de ella. Después me dirigí a mi clase. Ahinoa estaba en la puerta.