sábado, 29 de marzo de 2014

CAPITULO 2



Después de lo de la firma, Carlos se quedó un par de semanas en Lugo. Él y yo quedabamos algunos días y nos hicimos muy amigos.
Pero claro, el tenía que seguir con su gira y todo eso así que tuvo que volver a Madrid.
Y bueno, después de que Carlos se fuera a Madrid nosotros seguíamos en contacto hablábamos por Whatsapp y de vez en cuando nos llamábamos. Pero el problema es que el estaba en Madrid y yo en Lugo y era imposible mantener el contacto durante mucho tiempo. Ademas yo tenía mucho que estudiar y seguro que el aunque estuviera de gira, también
Cuando se terminó el año escolar y llegó el verano y bueno, mis padres me dieron una noticia que a mi no me hizo mucha gracia:



-Ana - dijo mi padre –, tenemos una noticia que darte
-Oh oh – dije yo – Papá cuando hablas de esa manera es que pasa algo malo ¿no?
-Verás... - dijo mi madre – En realidad hay dos noticias, una buena y otra mala. La buena es que a tu padre le han ofrecido trabajo. Y la mala es que para que tu padre acepte ese trabajo.... tenemos que mudarnos
-¿QUÉ? - grité - ¿POR QUÉ? No, no, no, no
-Ana tienes que comprender que necesito ese trabajo – dijo mi padre
-Ya, pero, ¿como así tan de repente? Además voy a echar mucho de menos a mis amigas, a mis compañeros de clase.... Incluso voy a echar de menos a mis profesores (Quien lo iba a decir)
-Ana, por favor... no hagas esto mas difícil de lo que ya es – dijo mi madre
-Arg, esta bien... pero... ¿Adonde nos mudamos? Y... ¿Cuando? - dije yo, desanimada. Sabía que no podía hacer nada para evitar la mudanza pero aún y así me daba mucha rabia.
-Nos mudamos a Madrid – dijo mi madre



Al principio no me hizo mucha gracia, pero al final decidí que no serviría de nada quejarme ya que mis padres no iban a cambiar de opinión.
La mudanza fue un mes después, el 6 de julio.
El viaje duró bastante ya que ir de Lugo a Madrid en coche TIENE TELA.
Cuando por fin llegamos nos dirigimos a lo que ahora sería mi nueva casa y nos instalamos en nuestras respectivas habitaciones. Después me fui un rato a pasear por Madrid. Como me aburría me puse los cascos y le dí al play. La verdad es que no tenía ganas de nada. Aunque no había discutido con mis padres sobre el tema, iba a ser muy difícil adaptarse, al fin y al cabo no conocía a nadie de Madrid....
En ese momento me vino algo a la cabeza. Si que conocía a alguien en Madrid. ¿Como se me puede haber olvidado?



Carlos – pensé



En ese momento yo iba pensando en mis cosas y apenas hacía caso a lo que pasaba a mi alrededor.



-¿Ana? - dijo una voz alegre que me resultaba familiar.



Alcé la vista y le vi, a él, con esos ojos azules que tanto me gustaban.



-¿Ana? ¿Que haces aquí? - dijo el sonriendo
-¿Carlos? - dije yo, sorprendida



No pude evitarlo, y corrí a sus brazos, el me cogió por la cintura y me abrazó fuertemente.



-Te he echado de menos pequeñaja – me dijo al oído.
-Y yo a ti Carlos, y yo a ti – susurré mientras lo acercaba más a mi



Carlos me soltó.



-Me alegro mucho de verte pero... ¿Que haces aquí? - dijo él
-Es que... bueno, me he mudado aquí – dije yo – A mi padre le han ofrecido un trabajo cerca de aquí y bueno, aquí estoy
-Bueno, de cualquier manera estas aquí y eso me hace feliz



Me sonrojé un poco y sonreí.



-Gracias



. . .




Estuvimos un rato paseando para contarnos que tal nos había ido todo este último año y después me despedí de el, porque tenía que ayudar a mis padres a preparar la mudanza:

-Carlos, lo siento pero tengo que volver a casa - dije yo
-Ah bueno, no pasa nada ¿Te puedo acompañar?
-Claro, no hay problema

Nos dirigimos a mi casa. Cuando llegamos llamé a la puerta y mi madre abrió.

-Hombre Ana, ya era hora. Anda ayúdame a llevar estas cajas a mi habitación... - dijo mi madre y miró a Carlos - ¿Y este mozo? ¿No será tu novio verdad? ¿Acabas de llegar a  Madrid y ya te has echado novio? Tenemos que hablar sobre esto eh

Oí a Carlos reírse un poco.

-¡MAMÁ! - grité yo, un poco avergonzada - No es mi novio, y le conozco desde hace un poco mas de un año
-Encantado - dijo el - Me llamo Carlos ¿Quiere que le ayude con eso - dijo señalando la caja
-Si no es mucha molestia... - dijo mi madre
-Claro que no es una molestia - dijo Carlos - Al contrario
 -Gracias, muy amable, pero ten cuidado que pesa mucho - dijo mi madre
-Yo te ayudo - dije yo

Carlos y yo ayudamos a mis padres a terminar de colocar todo. Le dimos las gracias por todo y nos despedimos de él.

-Muchas gracias por todo Carlos - dije yo
-Ah, no ha sido nada - dijo el - Por cierto, ¿Te apetece quedar mañana? 
-Claro ¿Donde y cuando?
-¿Que te parece si te recojo mañana a las 17:00 en tu casa?
-Vale, ahí estaré
-Perfecto, por cierto, no olvides traer toalla y bañador - dijo mientras me guiñaba un ojo - Vamos a ir  la piscina
-Perfecto, hasta mañana - sonreí
-Hasta mañana

No hay comentarios:

Publicar un comentario