CAPÍTULO 32

A los pocos segundos, Carlos ya estaba sobre mi, con las manos apoyadas en el colchón. Me besó. Ninguno de los dos hablábamos, tampoco hacía falta. Noté su cálido aliento en mi cuello y mi corazón se aceleró. Sus besos fueron recorrieron mi cuello lentamente. Me estremecí.

-Te quiero tanto - susurró y me dio un dulce beso en los labios. Sonrió - No sabes bien cuanto
-Si que lo sé, porque yo siento lo mismo por ti - sonreí, mordiéndome la lengua
-Como sigas sonriendo de esa manera no te prometo que pueda controlarme - rió
-Pues me temo que vas a tener que controlarte - reí. Fue una risa más nerviosa de lo que me habría gustado- Porque mis padres están durmiendo y como les despertemos me matan
-Bueno - pude notar como se le dibujaba una media sonrisa en el rostro. Me incorporé un poco quedándome sentada frente a él. 
-¿Bueno que? - alcé una ceja. 
-Que por esta vez te libras - dijo sonriendo picaramente. 

Él se acercó mas a mi, cerrando el poco espacio que quedaba entre nosotros  me rodeó con sus brazos. Se echó hacia atrás y me atrajo hacia el quedando tumbada a su lado. Me dio un beso en la frente y luego otro en los labios. Suave y lentamente, solo como el sabe hacer. Me separé de el y me levanté de la cama. 

-¿Donde vas?
-Me voy a poner el pijama, estoy muy incómoda así - dije mientras me dirigía al armario y cogía uno de los pijamas. Me dispuse a salir de la habitación para cambiarme.
-¿Y no te lo puedes poner aquí? - alzó una ceja
-¿Que? Eh.. pues... esto... - mis mejillas se encendieron ¿Por qué me pongo nerviosa por esto? Carlos ya me ha visto en un par de ocasiones, pero a pesar de ello me seguía poniendo nerviosa el hecho de los ojos de Carlos sobre mi, observando mi cuerpo. Me estremecí. - Está bien - sonreí mordiéndome la lengua - Pero date la vuelta
-¿Que? No, no. Ni hablar
-Si no lo haces me iré a otro lugar a ponérmelo 
-Vale, está bien - se giró 

Comencé a quitarme la ropa y a los pocos segundos ya estaba notando los ojos azules de Carlos sobre mi. Maldito. Me ponía un poco nerviosa aunque la verdad es que no me importaba demasiado. Ya tenía suficiente confianza con él. 

Cuando terminé de ponerme la ropa me giré y, efectivamente, él me estaba mirando. Alcé una ceja e intenté parecer enfadada, pero no lo conseguí. Me dirigí de nuevo hacia la cama y me acomodé a su lado. El estaba sonriendo de medio lado mientras me miraba fijamente. Me rodeó con sus brazos. Me gustaba que lo hiciera, me sentía segura cuando lo hacía. Apoyé mi cabeza en su pecho

-Me he aguantado las ganas de ir a donde estabas vistiéndote y besarte con todas mis ganas, que lo sepas
-Bueno, pues ahora no tienes que aguantarte - dije a pocos centímetros de su boca
-No lo haré - sonrió de medio lado

Se mordió el labio, se colocó sobre mi con cuidado y acercó lentamente sus labios a mi cuello, posando un delicado beso en ellos, luego otro un poco mas arriba, pero esta vez mas intenso. Otro beso, y otro, y otro cada uno mas arriba y mas intenso que el anterior. Mi corazón comenzó a acelerarse. Era consciente de lo inocente y vulnerable que parecía, pero no me importa. Solo quería besarlo. Otro beso en la mandíbula y finalmente uno en los labios. Tan delicado como el primero.

Separó sus labios de los míos. Yo los volví a juntar tan pronto como él los había separado. Sentí que su respiración se aceleraba y noté como acercaba su pecho al mío. Otro beso. Sonreí.


.  .  .  .  .  .  .


Como la mayoría de las mañanas, me desperté envuelta en los brazos de Carlos. Estaba sonriendo, ¿Que estaría soñando? Da igual, estuviera soñando lo que estuviera soñando me apetecía despertarle. Sí, así soy yo. Me apoyé sobre mis codos y me incorporé un poco. Acerqué mi mano a su cabeza y revolví cariñosamente su pelo

-Despierta feo - susurré en su oído. 

No pasó nada. Absolutamente nada. En la habitación solo se escuchaban nuestras respiraciones. Estaba profundamente dormido. Cogí mi móvil y decidí bajar abajo. Caminé hasta el salón, me senté en el sofá y miré mi móvil. Tenía un mensaje de mi madre. En el me decía que habían salido a hacer unos recados y que volverían sobre la una.

Después miré para ver si tenía alguna otra cosa nueva en las redes sociales. Nada de nada. Encendí la TV pero no había nada interesante. Los típicos dibujos animados para niños de cinco años por la mañana, nada en especial. Me tumbé en el sofá y puse mis manos detrás de mi cabeza. Me aburría demasiado. Decidí subir a mi habitación para despertar a Carlos. Abrí la puerta y... No estaba. ¿Qué? ¿Dónde se había metido? No puede haber ido muy lejos. Miré debajo de la cama. Nada.

Me dispuse a salir de la habitación cuando alguien me cogió de la cintura. Por un momento me asusté, pero luego me di cuenta de que era Carlos. Maldito...

-Eres idiota - reí
-Puede, pero me amas - me besó en la mejilla
-Hombre, tanto como amarte... no se yo, eh - hizo una mueca y puso morritos - ¡Pues claro que te quiero, tonto! - le di un dulce beso en los labios. Sonrió y me devolvió el beso - ¿Que tal si bajamos abajo a desayunar?
-Mmm... yo había pensado en llevarte a desayunar a algún lugar ¿Te apetece?
-Está bien, pero ¿Donde desayunaremos? No me fío de ti ni un pelo - reí
-Tranquila, que solo te voy a invitar a un chocolate con churros. Que se que te encantan.
-Vale

Nos vestimos rápidamente y salimos a la calle. Cerré con llave. Carlos me cogió de la mano, yo por mi parte entrelacé mis dedos con los suyos. Andamos durante un rato hasta que encontramos un bar. Entramos y cogimos un sitio. Al poco tiempo el camarero vino y nosotros pedimos nuestro desayuno.

A los poco minutos ya teníamos nuestro chocolate caliente y los churros. La mayoría del desayuno lo pasamos en silencio hasta que Carlos se decidió a hablar.

-¿Te está gustando? -sonrió
-Si, bastante - mojé un trozo de churro en el chocolate y me lo comí - Oye, ¿Como sabías que me encantaban los churros con chocolate?
-Ah, es que tengo contactos - me guiño un ojo y me besó. El beso tenía un sabor a chocolate así que no pude resistirme a darle otro. Este mas largo e intenso que el anterior. Nos separamos y sonrió. 

El resto del desayuno pasó entre besos y risas. Cuando terminamos nos fuimos a dar un paseo ya que hacía buen tiempo. Ni frío ni calor. Al cabo de un rato preguntó:

-¿Te apetece hacer algo?
-La verdad es que... si. Tengo que estudiar mates y... - no me dejó terminar
-Eso puedes hacerlo por la tarde así que... - me besó - Podemos hacer cualquier otra cosa.
-Yo tengo otra idea. Puedo ir a estudiar ahora y luego por la tarde vamos a ver una pelo
-A sus órdenes, mi capitana - rió
-Solo si tu quieres eh
-Me parece bien - sonrió - Vamos a tu casa

Carlos me acompañó a casa y me despedí de el con un beso. Entré y saludé para ver si había alguien. No, mis padres todavía no habían llegado. Subí a mi habitación y saqué los libros y cuadernos en sucio.

Todo iba bien hasta que me atasqué en una de las ecuaciones. No sé porqué, pero me sentí en la necesidad de llamar a Lucas y preguntarle, pero ¿y si estaba dormido? ¿Y si le molesto? No, el me dijo que si tenía una duda le preguntara pero... 

Al final terminé llamándole. Al fin y al cabo ¿que podía perder? Lo máximo que puede pasar es que no me conteste a la llamada.

*Bip... bip...*

-¿Si? - contestó una voz ronca. Atractiva, pero ronca.
-¿Hola? ¿Lucas?
-Si, soy yo
-Ah... Eh... Soy Ana. Lo siento, ¿te he despertado?
-No, no. Hace rato que me he levantado
-Entonces ¿podrías resolverme una duda? De verdad que siento molestar
-No te preocupes, no es nada. ¿Cual es la duda?
-Eeem, pues... a ver...
-Mira, casi mejor voy a tu casa, si no es mucha molestia, y te lo explico. Y así repaso yo también para el examen del Lunes. Solo si puedes, claro
-Eh, claro, si, perfecto
-Bien, en diez minutos estoy ahí

Y así fue. A los diez minutos estaba en mi casa.

-Buenas - dijo a modo de saludo. Sonrió de medio lado.


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Holaaaa :)
Bueno, se que he tardado mucho en subir este capítulo y lo siento mucho, pero necesitaba desconectar un poco y descansar. Pero bueno, ¡Ya estoy aquí de nuevo! Prepararos porque vuelvo con las pilas cargadas y pienso subir mas a menudo. Besooos :3